miércoles, 26 de enero de 2011

Película recomendada: Cisne Negro (2010)

Cisnes que comen carroña
 
Darren Aronofsky es un director de futuro, de eso no hay duda. Me encantan sus películas, todas tienen algo especial que hace que este director se convirtiera en una de las mayores promesas del cine norteamericano contemporáneo. Pero creo que con "Black Swan" ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad.
"Black Swan" es, probablemente, la mejor película que ha rodado hasta ahora el director de Nueva York, y sin duda una de las grandes películas que nos dejó el pasado año 2010. No es una película para cualquiera, algunos la tacharán de ser una frivolidad pretenciosa, mientras que otros la llamarán obra maestra, como suele pasar. No se si llegará a ser una obra maestra, eso solo el tiempo lo dirá, pero si puedo afirmar que es una de las mejores películas que he visto últimamente.

Aronofsky disfraza sutilmente con el delicado y hermoso arte del ballet un brutal, tenebroso y esquizofrénico thriller psicológico en la que la bellísima Natalie Portman (una de mis debilidades) borda un papel tan controvertido como fabuloso.
El director nos presenta un relato sórdido y enfermizo narrado entre escenas surrealistas (deudoras del mejor cine de Lynch), situaciones repugnantes y la extraordinaria música de Chaikovski, que por momentos roza la perfección con una puesta en escena bestial.
El film es siniestro. Nos traslada al interior de la atormentada mente de una jóven que ve como la gente, el baile, las ambiciones y ella misma tratan de transformárla en un ser monstruoso.

Aronofsky nos regala un relato inteligente a la par que sórdido, lleno de fuerza y de sentimiento, pero también de horror y surrealismo. El director neoyorkino nos demuestra que se mueve como pez en el agua analizando la línea que separa el bien y el mal, el amor y el odio, la sonrisa y el llanto, la satisfacción y la náusea, el deber y el querer, en definitiva, entre el blanco y el negro...

No se la pierdan

Y

domingo, 23 de enero de 2011

El desempleo. Lloviendo piedras (Ken Loach, 1993)

El miércoles pasado me comunicaron que sería mi último mes en mi trabajo, un trabajo para mi temporal (que se alargo demasiado), para pasar la crisis, esta crisis inacabable, hecha de un túnel interminable en donde la lucecita se ve muy a lo lejos y parpadea demasiado. Hoy me alegro de no haberme metido en una hipoteca cuando tenía un buen trabajo, quizás no lo hice porque mis padres siempre me frenaron, "hijo que los tiempos cambian y cuando venga una crisis ¿como vas a salir adelante?", entonces la palabra crisis para mi era algo del pasado, que viví de pequeño sin apenas consecuencias. Hoy me alegro de haber ahorrado y de no tener a nadie a mi cargo, porque puedo ser libre por un tiempo, estar sin trabajar y no sentirme culpable. ¿Pero, y si no hubiese sido así?, ¿y si tuviese una boca que alimentar o una hipoteca que pagar?, estaría muy jodido.


En lloviendo piedras, película de Ken Loach, el director de cine social por excelencia, Bob hace todo lo posible porque su hija tenga un vestido nuevo para su primera comunión. Este hecho le sirve al director como pretexto para mostrarnos la desesperación por encontrar un trabajo, de que tu hija no pague las consecuencias de una crisis, creada por los gobiernos, en uno de los días mas importante de su vida. Ese traje de comunión se convierte en la metáfora de la película, no es que sea el traje lo mas importante, es que el traje representa la obsesión de un padre por no fallarle a su hija, y a la vez, no fallarse a si mismo como padre, ya que esta obligado a proporcionarle todo a su pequeña, aunque sean cosas banales y aunque apenas tengan para comer, a la mirada exterior se vea que en su casa no falta de nada, ya que desgraciadamente cuando conseguimos aparentar parece que los problemas son menos graves de lo que son.


Magnífica la escena en donde el padre anda contándole a su hija la última cena de Jesús y la niña le contesta que no quiere beber sangre, el padre le dice que no es sangre, que solo es vino, pero que representa la sangre de Jesús y la niña atónita no entiende nada. Yo aun de adulto sigo sin entender nada.

J