sábado, 27 de noviembre de 2010

Película recomendada: Él (Luis Buñuel, 1953)

Los celos:
Sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada nos reste atención en favor de otra.

Los celos, esa extraña enfermedad en la cual te hace pensar en que otra persona te pertenece.
¿Que es la pertenencia? se puede tener un coche, una moto, una mesa o una silla, pero jamas se es dueño de ninguna otra persona, ya que ante todo, todos somos personas independientes y libres.
Lo que me parece mas triste de todo es cuando en una pareja uno de los dos individuos le exige al otro que se ponga celoso, porque es una muestra de que lo quiere, de que le importa.
¿Que es el amor?, si realmente quieres a alguien ¿por qué no dejarla libre, que sea feliz, que haga lo que le plazca?, acaso si esa persona también te quiere, ¿te engañaría? o ¿acaso es que desconfiáis tanto de vosotros mismos que no podéis confiar en nadie más?.
Un buen amigo me dijo una vez que los celos son desconfianza en uno mismo y realmente pienso que es la mejor definición que he escuchado nunca.

La película trata de un hombre bien posicionado, bien visto por todos, muy religioso y virgen,(mas que esa tal María) que se enamora de la novia de un amigo suyo.
En una fiesta consigue conquistarla y se acaban casando, desde ese momento empieza el calvario de ella y la locura de él.
Tristemente eso sucede continuamente, ¿quien no conoce una pareja amargada por los celos?¿cuantas personas hay que no pueden ni saludar a una persona del sexo opuesto?
!!Que gilipollez!!

El maltrato:
Tratar mal a una persona, con golpes, regaños, insultos, desprecio, etc

Una escena que define casi toda la película, la madre y la hija hablando, la madre acababa de hablar con el marido de su hija, que le había confesado todo el calvario que estaban pasando.
La hija amargada, maltratada, espera consuelo, comprensión de su madre y solo encuentra de respuesta "el te quiere, los celos es porque te quiere, deberías estar contenta de esos celos y ser mas cariñosa con el, la culpa es tuya hija".
Esa mentalidad de inferioridad está presente hoy en día en nuestra sociedad, en donde hombres y mujeres son maltratados y dominados por sus parejas y se sienten culpables porque piensan que no valen nada y la culpa es suya por no cumplir las expectativas que su pareja tenía puestas sobre el o ella.
Esto hace que se admita insultos, ordenes, reglas de comportamiento y demás como algo normal en la vida de una pareja y que se pierda la esencia que cada individuo tiene por si misma. Solo cuando el problema se convierte en algo visible para todos, como el maltrato físico, se piensa que de verdad existe un maltrato real.
Hoy en día miles de hombres son maltratados física y psicológicamente y por vergüenza no hacen nada, y miles de mujeres que son maltratadas, por miedo se quedan calladas.
Un problema de todos, que posiblemente con un cambio en la educación y de mentalidad se erradicaría, un poco al menos, enseñándoles a los niños que una persona no tiene dueño y que el respeto al prójimo es lo mas importante.

J

martes, 23 de noviembre de 2010

David Lynch, el genio abstracto

Me gustaría dedicar el artículo de hoy a este gran genio, a este gran director, a este gran guionista, a este gran pensador. Un director tan vanguardista como incomprendido en la realización de sus films. Alabado por unos, odiado por otros. En definitiva, hablemos de David Lynch.
No nos centraremos en su vida personal, ni en sus años de infancia, para ello podéis consultar diversas páginas con información sobre la vida del director de Montana. Nos centraremos principalmente en sus trabajos dentro del mundo del celuloide.

Su primer contacto con el cine radica en la realización de diversos cortometrajes a lo largo de los años 60 y 70, gracias a los cuales logra que la AFI le conceda una beca que empleará para dirigir su primera película: Cabeza Borradora. La película es oscura, vanguardista, claustrofóbica. Protagonizada por Jack Nance, narra de forma surrealista la vida de un hombre perturbado por diversos sueños de enigmático significado y cuyo hijo es un auténtico monstruo. La película se comienza a rodar en 1971, pero no se estrena hasta 1977. Este primer film guarda muchas de las características del cine de David Lynch: utilización de los sueños, el uso de imágenes surrealistas, independencia total...


En su segunda cinta, Lynch narra las desventuras de un hombre completamente deforme (John Hurt) y el médico que intenta ayudarlo (Anthony Hopkins), en el Londres del siglo XIX.  La película es bautizada como El Hombre Elefante y se estrena en 1980. La cinta es bastante más accesible que su primer largometraje, aunque la estética es oscura, siniestra, grotesca y a ratos recordando el expresionismo alemán. La película es nominada a 8 premios Oscar, de los cuales no gana ninguno. Esto hace que Lynch entre con nombre propio entre el círculo independiente del cine.


En 1984 el productor Dino De Laurentiis le ficha para dirigir su tercera película: Dune, adaptación de la novela homónima de Frank Herbert. Para muchos resulta extraño ver a Lynch dirigiendo una película de un género tan poco asociado a su cine como es la ciencia ficción, y más aún cuando el propio director decidió rechazar dirigir “El Retorno del Jedi”. Para el papel protagonista Lynch cuenta con uno de sus actores más recurrentes: Kyle MacLachlan. La película no gusta ni a la crítica, ni al público, ni siquiera al propio director, el cual la considera un auténtico fracaso. A pesar de ello, con el paso de los años a la película le han salido bastantes adeptos y defensores, llegándose a catalogar incluso como película de culto, principalmente por su originalidad.

En 1986, Lynch rueda una de sus pequeñas obras maestras: Terciopelo Azul. La cinta está producida de nuevo por Dino De Laurentiis y la banda sonora está compuesta por otro personaje recurrente en las posteriores películas del director norteamericano, Ángelo Badalamenti. Con “Terciopelo Azul”, Lynch nos narra en clave de cine negro las peripecias de un estudiante que, tras encontrar una oreja humana en un jardín, se ve envuelto en una misteriosa trama de crimen, sexo y violencia. Protagonizada por Kyle MacLachlan, Isabella Rossellini y Dennis Hopper, la película resulta tan poco convencional como enigmática, dado que Lynch vuelve a recurrir a situaciones oníricas como hilo argumental. Gracias a esta película el director logra una nominación a los Oscar como mejor director, aunque finalmente no lo ganará.

En su quinto film, David Lynch cuenta en clave de “road movie” la huida de dos jóvenes amantes (Laura Dern y Nicolas Cage) con el fin de escapar de la madre de la chica. La película se titula Corazón Salvaje, y gana la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1990. Pese a no encontrarse entre las películas más notables de su filmografía, la película cuenta con un buen acabado tanto estético como narrativo.


Ese mismo año, Lynch crea de la nada lo que probablemente sea su producto más comercial y reconocido internacionalmente, la serie de televisión Twin Peaks. La serie, dividida en dos temporadas, narra la investigación policial del asesinato de una adolescente en un peculiar pueblo americano. La serie, protagonizada por Kyle MacLachlan, cuenta con altas cotas de audiencia y la lleva a ganar diversos premios.


Dos años más tarde Lynch dirige Twin Peaks: El Fuego Camina Conmigo, precuela de “Twin Peaks”, odiada por unos y adorada por otros tantos, que narra los últimos días de vida de Laura Palmer, la adolescente asesinada en la cual se centra principalmente la trama de la serie. La película, además, sirve para resolver algunos cabos sueltos que deja la serie a su fin.



Tras varios proyectos que no llegan a prosperar, en 1997 dirige el que será su séptimo largometraje: Carretera Perdida. Con este film, Lynch vuelve al surrealismo más enfermizo, narrando la historia de un músico que recibe misteriosas cintas de video junto con su esposa. La película, protagonizada por Patricia Arquette y Bill Pullman, podría definirse como un thriller tan extravagante como enigmático, tan claustrofóbico como enfermizo. Situaciones exageradamente oníricas, giros argumentales desorbitados y una narración tan caótica como genial son las bazas de la película más paranoica de la filmografía del director hasta esa fecha…


En 1999, David Lynch da un giro de 360 grados a su filmografía dirigiendo Una Historia Verdadera, cinta basada en el viaje de un anciano, interpretado magistralmente por Richard Farnsworth (nominado al Oscar al mejor actor) , utilizando un cortacésped como vehículo para visitar a su hermano enfermo. En este film, Lynch saca a relucir su lado más humano dirigiendo una verdadera obra maestra que llegó a los corazones de millones de personas.



Dos años después, Lynch recicla el piloto de una serie que no llega a emitirse y lo transforma en su siguiente largometraje: Mulholland Drive. En la línea de “Carretera Perdida”, Lynch construye una película enigmática, caótica y enfermiza, que narra las extrañas peripecias que sufren una mujer amnésica (Laura Elena Harring) y una joven actriz (Naomi Watts). El director de Montana vuelve por sus fueros con esta película, catalogada de culto (como la mayoría de la filmografía del director), y logra una nueva nominación al mejor director.



En 2006, Lynch presenta el que es su último film hasta la fecha, la inquietante Inland Empire. La película, protagonizada por Laura Dern y Jeremy Irons, es excesiva, incluso para la retorcida mente de Lynch, que logra un surrealismo total y extremo con esta cinta. La película es encumbrada por unos, que sostienen en que Lynch ha creado una obra de arte abstracta, y detestada por otros, que piensan que a Lynch se le han perdido los pocos tornillos que le quedaban. Una vez más, se hace presente la dualidad que suscita este director…



Genio para unos, pretencioso para otros, esta es la filmografía de un director que ha sabido dar rienda suelta a su creatividad expresándose de una manera tan vanguardista y extraordinaria, que merece el reconocimiento en el mundo del cine. Por todo ello, Lynch, genio y figura.


Y