jueves, 12 de abril de 2012

Película recomendada: Scaramouche (1952)

Viejas e inmortales aventuras

Algo hemos perdido con el paso de los años en el cine, eso está muy claro. Muchos géneros han ido muriendo poco a poco hasta quedar casi inexistentes (musical, western, cine negro...). Quizás el cine ha evolucionado de una manera extraña, ha habido progresos y ha habido atrasos como en casi todo. En el cine de aventuras creo que ha habido cierto retroceso. Me explico. Es indudable que hemos gozado de grandes films de aventuras a lo largo de los últimos años, pero no es lo mismo, no dejan la misma sensación que esos viejos clásicos del cine de aventuras de hace 50 o 60 años.
Las sensaciones no son las mismas, se ha perdido el romance, el humor, incluso se ha perdido el valor. Ese cine nunca volverá, pero para eso tenemos el legado que nos dejaron los grandes clásicos, como es el caso de "Scaramouche".

Tiendo a escribir muchas de mis críticas con cierto toque nostálgico, y puede que a algunos os llegue a molestar y a pensar que soy un pesado, pero no lo puedo remediar. No he podido vivir en esos años 50 (muchos estarán de acuerdo conmigo que es la mejor década de la historia del cine) donde encontrar películas como de la que hoy escribo, y al verlas ahora, en pleno 2012, osea, 60 años después, no puedo evitar maravillarme de cómo era el cine por aquel entonces. Un verdadero arte.

Hablando un poco de la película en sí, "Scaramouche" tiene los ingredientes necesarios para hacer de una tarde aburrida un excelente momento de diversión y emoción, en pasar dos horas viendo cine con mayúsculas y a la vez disfrutar como un niño. Tenemos para empezar una magnífica mezcla de estilos, pues "Scaramouche" es una maravillosa cinta de aventuras llena de romance, humor e incluso dosis de intriga. Un más que buen reparto, con Stewart Granger encarnando al valeroso, charlatán y mujeriego protagonista; Mel Ferrer como un genial villano; y con Eleanor Parker y Janet Leigh dando el toque femenino a la cinta. También son más que destacables las emocionantes escenas de duelos a espada, inolvidable el duelo final entre Granger y Ferrer. Impresionante.

No sé por qué hemos perdido esas costumbres, esa manera de hacer películas tan artesanas como "Scaramouche". Probablemente es porque el cine con el paso de los años precisa de otra serie de cosas. Al menos, para los que amamos el cine tradicional y puro, a los jóvenes que adoramos el cine viejo, nos quedan para el recuerdo las grandes aventuras clásicas, como es "Scaramouche".

Y

domingo, 8 de abril de 2012

Película recomendada: Juegos prohibidos (René Clément, 1951)

Argumento. 
Junio de 1940. Centenares de franceses, entre los que se encuentran la pequeña Paulette y sus padres, se dirigen en un desesperado éxodo hacia el sur de Francia. Los aviones nazis sobrevuelan el camino y bombardean sin piedad a la multitud. Los padres de Paulette y su perro mueren durante el ataque. Alguien lanza el cadáver del animal al río, pero la niña, incapaz de separarse de él, decide seguirlo, lo que propicia su encuentro con Michel, un chico de once años, que la lleva a la granja de sus padres, donde es muy bien acogida.


Crítica.
Empezar diciendo que si no os emociona esta película es que no tenéis corazón o está tan negro como el betún.
La película, ya desde sus primeros minutos, es un alarde de poesía narrativa. Empieza con el bombardeo sobre la población de la aviación alemana, y una niña, Paulette que se queda sin padres, muertos en la calzada, y con su perro, también muerto en sus manos. A partir de ahí se desarrolla el juego, la niña conoce a un crio cuya familia se hace cargo de la niña y la inicia en el catolicismo. La imagen de Cristo en la cruz, y de su perro muerto pasando frio al aire libre lleva a los niños, con su inocencia a desarrollar un juego que le aísle de la realidad tan cruel en la que viven. Un juego cargado de símbolos, que nos hace ver el amor prohibido, como en Romeo y Julieta, nos hace ver el respeto por la vida, por la naturaleza, el cariño y el agradecimiento, pero también la crueldad del entorno y el miedo. Miedo a la oscuridad, pero sobre todo el miedo a la luz cuando esa luz viene del resplandor de las explosiones. Un juego bastante peligroso, pero, al fin y al cabo, solamente es un juego, ¿o no?
 
J