domingo, 8 de abril de 2012

Película recomendada: Juegos prohibidos (René Clément, 1951)

Argumento. 
Junio de 1940. Centenares de franceses, entre los que se encuentran la pequeña Paulette y sus padres, se dirigen en un desesperado éxodo hacia el sur de Francia. Los aviones nazis sobrevuelan el camino y bombardean sin piedad a la multitud. Los padres de Paulette y su perro mueren durante el ataque. Alguien lanza el cadáver del animal al río, pero la niña, incapaz de separarse de él, decide seguirlo, lo que propicia su encuentro con Michel, un chico de once años, que la lleva a la granja de sus padres, donde es muy bien acogida.


Crítica.
Empezar diciendo que si no os emociona esta película es que no tenéis corazón o está tan negro como el betún.
La película, ya desde sus primeros minutos, es un alarde de poesía narrativa. Empieza con el bombardeo sobre la población de la aviación alemana, y una niña, Paulette que se queda sin padres, muertos en la calzada, y con su perro, también muerto en sus manos. A partir de ahí se desarrolla el juego, la niña conoce a un crio cuya familia se hace cargo de la niña y la inicia en el catolicismo. La imagen de Cristo en la cruz, y de su perro muerto pasando frio al aire libre lleva a los niños, con su inocencia a desarrollar un juego que le aísle de la realidad tan cruel en la que viven. Un juego cargado de símbolos, que nos hace ver el amor prohibido, como en Romeo y Julieta, nos hace ver el respeto por la vida, por la naturaleza, el cariño y el agradecimiento, pero también la crueldad del entorno y el miedo. Miedo a la oscuridad, pero sobre todo el miedo a la luz cuando esa luz viene del resplandor de las explosiones. Un juego bastante peligroso, pero, al fin y al cabo, solamente es un juego, ¿o no?
 
J

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