jueves, 19 de mayo de 2011

Película recomendada: La tumba de las luciérnagas (1988)

Los dibujos son para críos...

Me repatea oir esa frase. La mayoría de seres ineptos e incultos que pueblan este mundo piensan (aunque desde luego la palabra "pensar" les viene muy grande) que las películas de animación (o de dibujitos como dicen algunos) son para niños. A estos "entendidos" me gustaría recomendarles que viesen "La tumba de las luciérnagas".

Estamos ante la que probablemente sea a la vez la película de animación más grande que he visto jamás (y he visto muchas) y al mismo tiempo uno de los relatos más secos, crudos y sobrecogedores que se han hecho nunca. Un film muy difícil de ver, quizás muchos no puedan aguantarlo entero, porque desde luego la película no es para todo el mundo. "La tumba de las luciérnagas" es ante todo la simbiosis perfecta entre la belleza y el dolor: la belleza de unos hermanos que se quieren y que hacen lo posible por sobrevivir, y el dolor provocado por las consecuencias de una guerra inútil y estúpida.

Esta película me ha dado bastante que pensar en lo diferente que es el cine de animación japonés (bueno, y todo el cine en general) del cine de animación occidental. ¿Se imaginan este film hecho por Disney? Desde luego sería totalmente opuesto al creado por Takahata... Pero que nadie me malinterprete, no tengo nada contra la Disney. Al contrario, me parece que la factoría del ratón Mickey tiene grandes títulos (algunos son joyas en mi opinión) con los que he crecido y he disfrutado durante años. Pero bien es cierto que el suministro de cine animado que nos proporciona la entidad norteamericana poco tiene que ver con la que llega de oriente. En esta película no hay grandes héroes, ni princesas, ni animales parlantes, ni canciones repetitivas, ni siquiera un vil villano, tampoco hay happy ending... No, en "La tumba de las luciérnagas" hay crudeza, hay dolor, hay sufrimiento, hay belleza, hay amor, hay esperanza, y hay lágrimas... En mi opinión, y espero que no se me malinterprete, esta película es un auténtico puñetazo a la mandíbula a la Disney.

La factoría del tito Walt nos hace soñar, nos hace vivir emocionantes aventuras llenas de acción, comedia, música y amor, nos hace sentirnos niños otra vez y nos transporta a una nube donde todo es posible y todo es felicidad... Luego llega Isao Takahata con su película y nos despierta de ese sueño con un cubo de agua helada... Abrimos los ojos y ahí lo tenemos, el mundo tal y como es, con sus guerras y sus hambrunas.

Esta película es de obligada visión para todo aquel que se considere un buen amante del séptimo arte y más aún si es seguidor de cine de animación. Véanla si aún no lo han hecho, marcará un antes y un después a la hora de ver cine de "dibujitos". A mi me ha pasado.

Y