lunes, 9 de enero de 2012

Película recomendada: Vida de Oharu, mujer galante (1952)

Terrorismo social

Escalofriante. Creo que es como mejor se define este maravilloso film japonés. Cuando uno ve películas como esta no puede evitar pensar "es increible, el ser humano es monstruoso", y es bastante cierto. Aún no llego a asimilar cuanto tuvieron que sufrir millares de mujeres que como Oharu no eran más que un objeto, un títere en manos de centenares de hombres. El maestro Mizoguchi intentó en 1952 plasmar sobre el celuloide una historia sobre una de tantas mujeres que durante el Japón feudal no fueron tratadas mejor que un cerdo. Es realmente sobrecogedor el ver como la raza más "inteligente" del planeta es rebajada al nivel de una manada de monos, porque yo creo que por mucha evolución que hayamos tenido, no dejamos de ser bestias.

Hablando un poco de la película en sí, es sin duda una de las mayores joyas del cine nipón clásico. Mizoguchi dirige y adapta extraordinariamente un magnífico guión. La fotografía es preciosa, con un gran reparto y con una colosal Kinuyo Tanaka, inmensa en su papel de mártir. El ritmo es excelente, a pesar de ser japonesa (todos sabemos que el cine oriental tiende a ser más lento que el occidental) la cinta no aburre ni un solo minuto, gracias sobre todo a su narración de corte episódico.

Esta película es una de esas que me cabrean, por todo lo que se ve, y uno siente real impotencia, pero también te hace pensar: ¿hemos cambiado desde que vestíamos con taparrabos y pintabamos animales en las cuevas? Y peor aún, ¿seguirán existiendo mujeres que corrarn la misma suerte que la pobre Oharu? Me gustaría pensar que no, pero todos sabemos que no es cierto. Miles y miles de mujeres son tratadas al día como basura, como simples objetos soportando torturas y vejaciones por parte de hombres que no son mejor que un escarabajo pelotero.

Esto es terrorismo amigos, terrorismo social, el cual sufren al día millones de mujeres su crueles atentados. Un film que debería ser de obligada visión en las escuelas.

Y

No hay comentarios:

Publicar un comentario