¿Cuántas veces forzamos la
empatía hacia los demás porque es lo correcto que se debe hacer?
¿Cuántas veces me habrán mirado con cara rara y habrán pensado de mí que
soy un capullo por hacerle bromas a un amigo minusválido, y aún así él
sigue siendo mi amigo? O si nos han preguntado cómo estamos, hemos
respondido que hecho un asco e instantáneamente, y sin escucharnos, nos
han dicho: ¡me alegro mucho de que estés bien! ¿Acaso es qué es
obligatorio fingir, o es delito ser espontaneo? ¿Tan incorrecto es ser
uno mismo? ¿Es faltar el respeto el hablar con sinceridad? Pues para
toda la hipocresía y para toda esa gente hipócrita les recomiendo que
vean esta maravillosa película. Quizás, y digo quizás porque no creo
que lleguéis a pensar más allá de vuestros malditos buenos modales, os
deis cuenta de que el respeto consiste en tratar a las personas por
igual, de tú a tú, de aceptarlas tal y como son. Quizás eso sea
demasiado pedir, aunque si en un país como en Francia pasan hechos así
quizás no esté todo perdido.
Ya terminada mi reflexión hablo un poco más de la película en sí, y ¿qué decir? Mmm que por mí no me hubiera movido de mi asiento ni para mear y que hubiera esperado a que empezase la siguiente sesión para disfrutarla de nuevo. Así del tirón, porque existen pocas pelis tan emotivas como estás, con una historia tan simple y tantas veces contada, que, sorprendentemente no cae en el sentimentalismo barato ni en la estupidez suprema, y eso es mucho decir, a ver que no es Rain man ni tampoco ninguna comedia tonta de diferencias raciales o de clases. Es mucho más que eso, y más allá de eso, es dos actores, dos enormes actores, uno negro Omar Sy, que esta genial, y otro blanco François Cluzet que está verdaderamente enorme. Nunca una sonrisa de un hombre me ha provocado tanto. Realmente esplendido los dos. Y poco más que decir, solamente no olvidarnos de destacar su magnífica banda sonora que es el broche perfecto para una de las mejores películas de uno de los mejores años, referente al cine, de los últimos tiempos, si no ya lo dirá la historia.
Ya terminada mi reflexión hablo un poco más de la película en sí, y ¿qué decir? Mmm que por mí no me hubiera movido de mi asiento ni para mear y que hubiera esperado a que empezase la siguiente sesión para disfrutarla de nuevo. Así del tirón, porque existen pocas pelis tan emotivas como estás, con una historia tan simple y tantas veces contada, que, sorprendentemente no cae en el sentimentalismo barato ni en la estupidez suprema, y eso es mucho decir, a ver que no es Rain man ni tampoco ninguna comedia tonta de diferencias raciales o de clases. Es mucho más que eso, y más allá de eso, es dos actores, dos enormes actores, uno negro Omar Sy, que esta genial, y otro blanco François Cluzet que está verdaderamente enorme. Nunca una sonrisa de un hombre me ha provocado tanto. Realmente esplendido los dos. Y poco más que decir, solamente no olvidarnos de destacar su magnífica banda sonora que es el broche perfecto para una de las mejores películas de uno de los mejores años, referente al cine, de los últimos tiempos, si no ya lo dirá la historia.
J
Aquella noche el cine se convirtió en algo más que una pantalla y un par de butacas para mí. No creo poder decir algo más significativo que lo que tú has escrito. Así que, felicidades :) De nuevo.
ResponderEliminar¡Un beso!
PD: La música de Ludovico Einaudi es una pasada.
Muchas gracias :)
ResponderEliminarLa verdad es que es una película perfecta, la sensación cuando termina es de no moverte del asiento y verla de nuevo, disfrutar de la espontaniedad que pocas veces la vida te ofrece.